…Al igual que la historia de muchas parejas, nosotros hemos pasado por lo mismo y más. Al principio cuando comenzamos con la idea o con la fantasía de ser padres, lo conversamos mucho, compramos nuestra primera casa, realizamos una boda hermosa, simplemente para buscar lo que más ansiábamos en nuestra vida: tener un bebé.
Las primeras oportunidades de encuentro para concebirlo fueron maravillosas, con intenciones despreocupadas, y sin nada en que pensar. Simplemente disfrutábamos mucho el hecho de buscar Nuestro ansiado bebé, y disfrutando también el encuentro íntimo entre nosotros, el cual era fantástico.
Fue entonces, a partir del quinto mes de búsqueda y ver que no quedaba embarazada que comencé a preocuparme. Era más mi preocupación que la de mi marido. Los hombres no le dan mayor importancia al tema, y nos hacen creer que estamos paranoicas por suponer que estamos teniendo algún tipo de problema para concebir. Tienen razón: el problema está en nuestra cabeza!
Los meses transcurrieron y continuábamos sin ninguna novedad. Mi decepción era tan grande al ver mi período que eso provocaba bronca hacia mi marido, y una cierta distancia inevitable, me era muy difícil hablarlo. Nuestra relación pendía de un hilo, y ya no disfrutábamos del sexo como antes, yo sólo buscaba tener relaciones para concebir a nuestro bebé. Ese comenzó a ser mi único motivo de acercamiento hacia él.
Empecé buscar ayuda externa, consulte muchos médicos, acupunturistas, hice yoga, consulte chamanes, brujos, cartas del tarot, hipnosis, y demás medios alternativos a la ciencia común para encontrar alguna respuesta a nuestro “problema”. Nunca halle una solución, sino todo lo contrario, gasté mucho dinero en palabras, y en técnicas en vano. También hice tratamientos convencionales, pero no encontrábamos ni la solución, ni una palabra de aliento a lo que nos pasaba.
Lo más triste era que en cualquier evento o reunión familiar siempre aparecía la misma pregunta: “Cuando viene el bebé?” “Cuándo van a empezar a buscar? Me cuestionaban mientras corrían tras sus hijos, todas mis amigas y hermanas ya habían sido madres, y algunas por tercera vez embarazadas. Read more…
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